Esta ha sido su trayectoria profesional hasta el momento:
Arquitecta por la Universidad La Sapienza de Roma. En el 1993 se traslada a Barcelona donde frecuenta el Master en Restauración de Monumentos de la UPC del cual es docente desde entonces. Desde 1997 trabaja en L35. Socia Senior desde el 2010 se ha ocupado de proyectos complejos de retail y usos mixtos en España, Italia, Francia.
Permítenos conocerte un poco mejor ...
¿Qué es para ti la arquitectura?
Un oficio fascinante que exige grande responsabilidad por el impacto en la vida de la gente. Una profesión que impone el reinventarse y aprender cada día.
La sostenibilidad y la arquitectura están cada vez más unidas…
Es una exigencia moral colectiva cada vez más presente. La sostenibilidad es premisa del diseño que vuelve al sentido común. Todos estamos aprendiendo y creo que, a pesar de lo mucho que queda por recorrer, el camino ya no admite vuestra atrás.
¿Cómo imaginas la arquitectura del futuro?
Sostenible y pensada para favorecer la conexión con el entorno natural, incluso en las ciudades. Después de la pandemia no queda ninguna duda de que esta conexión, muchas veces olvidada, es indispensable para el bienestar personal y social. Mejorar la calidad de vida en las ciudades es el verdadero desafío en un mundo donde el 70% de la población vivirá en las áreas urbana antes del 2050.
¿Algún proyecto importante que estés trabajando y que nos puedas desvelar? Actualmente estoy trabajando en una renovación urbana en una pequeña ciudad al norte de París: trasformamos la carretera de acceso en un boulevard urbano reordenando las edificaciones, añadiendo usos mixtos y asegurando recorridos peatonales de calidad. Es un proyecto premiado por el Estado francés bajo el lema «Repensar la periferia comercial» que pretende ser de referencia para la regeneración de los accesos a las ciudades, a menudo privas de calidad y escala humana.
¿Cuál es el lugar más curioso donde te has inspirado?
Aprecio mucho la arquitectura y el urbanismo del norte de Europa, con su capacidad de conjugar soluciones hi tech y relación con la naturaleza, así que son los viajes en ciudades como Ámsterdam, Copenhague, Estocolmo los que más me han impactado.
¿Algún proyecto soñado hecho realidad?
Me ha ilusionado trabajar en Termini, la estación por donde pasaba infinidades de veces cuando vivía en Roma en mi etapa universitaria. Un edificio icónico de la arquitectura moderna romana por donde transitan 160 millones de personas al año. Nuestro proyecto consiste en reordenar los flujos y renovar servicios ferroviarios y áreas comerciales.
¿Qué te llevo a dedicarte a la arquitectura?
Mi formación ha sido totalmente humanista, pero a la hora de decidir a qué dedicarme he sentido la necesidad de concreción, de materialidad, de poder de conjugar belleza y técnica.
Cada proyecto es diferente, al igual que el entorno donde quedará reflejado físicamente. ¿Cómo se unen ambos conceptos?
Justamente es la atención al contexto lo que influye a la hora de tomar las decisiones clave del proyecto: implantación, recorridos, materiales, usuarios. La concepción del proyecto siempre tiene que estar estrictamente ligada al entorno si no queremos que este se perciba como un cuerpo extraño.