Pueblo Serena es un concepto urbanístico que deslumbra por sus espacios comerciales tan abiertos; sus áreas verdes, como la plaza, las fuentes y jardines; sus impresionantes fachadas; su iglesia; sus pavimentos y acabados.
Su nombre viene de un antiguo pueblo colonial mexicano en el que se conjugan las necesidades espirituales, de comercio y ocio.
Cuando se pasea por sus calles, se pueden ver y tocar los mármoles y piedras tecnológicas de la más alta calidad, los verdaderos protagonistas de este enorme proyecto, de Iris Ceramica Group, grupo innovador y pionero en el diseño de pavimento y revestimiento a nivel mundial.
Todas sus instalaciones al completo deslumbran.
No obstante, cabe destacar el gran pórtico, con las columnas-árbol, que produce constantes cambios de luz en la fachada principal de un espacio que tiene como fondo la sierra de Monterrey.
Incluso el estacionamiento es diferente, sobrio y elegante, aspectos que rompen con los prototipos de los aparcamientos convencionales.
Los edificios y la combinación de espacios cerrados con áreas abiertas fueron planeados para promover la convivencia familiar y crear un ambiente de serenidad.
Pueblo Serena es una realidad donde se han unido las tendencias, los valores del diseño, el paisajismo, la arquitectura y la luz, tanto en el exterior como interior.
En definitiva, es la unificación del diseño italiano y la creatividad mexicana.
Artemio Garza, su artífice, destaca que “no puede haber excelencia si no hay pasión.
Hay que vivir felices, pero apasionadamente inconformes”.
El proyecto ha sido gestionado y controlado por Joaquín Armendaiz y Leticia Kelly, de Versitalia (México) con el producto de piedra tecnológica IRIS-FMG, reproduciendo la piedra original in situ mexicana, fabricada expresamente y combinándola aleatoriamente con la existente en la zona.